miércoles, 30 de mayo de 2018

Se conmemora hoy el Día Nacional por la Donación y el Trasplante de Órganos.


Se conmemora hoy el Día Nacional por la Donación y el Trasplante de Órganos, fecha establecida por el Incucai para promover la donación y el acceso a los trasplantes en un marco transparente, seguro y altruista.
Hace sólo unos meses, todo el país se conmovió con la muerte de los 44 tripulantes del “Ara San Juan”. En el 2004, un incendio dejó un saldo de 194 muertos en Cromañón. En 2012, el accidente ferroviario de Once causó 51 muertos. Fueron todas tragedias evitables. Tragedias que provocaron heridas difíciles de cerrar en nuestra historia y que cambiaron en alguna medida el rumbo cultural o político de nuestro país.

Sin embargo, hay otra tragedia que no tiene el mismo eco social, que no produce ninguna ola expansiva, que no mueve las masas clamando un cambio, pero que es igual de desesperante. La tragedia de los miles de argentinos que mueren todos los días esperando un trasplante. Solamente tomando los números del 2017, murieron esperando un órgano la misma cantidad de personas que 4 Cromañones, 18 “Ara San Juan” y casi 16 tragedias de Once.

Fueron 799 personas; 799 argentinos murieron esperando un órgano para trasplantarse. Y este número apabullante que repite año tras año, es sólo una parte de la estadística. En este contexto la Fundación Mar del Plata Trasplante nació en el 2010 como una necesidad de la ciudad y la zona de contar con un equipo que dé respuesta a la creciente demanda. Desde aquel entonces ya realizó 33 trasplantes de hígado y cuenta con una larga lista de personas que esperan por su Angel de la Guarda. No sólo a nivel local sino a nivel nacional las listas de espera crecen y crecen en nuestro país, llegando a cifras actuales de 7.826 pacientes inscriptos en el Incucai esperando órganos. Hoy esperan un riñón 6.012 personas; un hígado 1.256 personas; uno o dos pulmones 219 y un corazón 121 personas. Hoy son casi 3 mil personas las que están esperando tejidos. En lo que respecta solamente al trasplante de hígado, cada dos días se muere una persona esperando que le llegue su donante.

Emergencia sanitaria

¿A qué se debe esta tragedia? ¿Cómo podríamos salvar estas personas? No hay dudas de que estamos frente a una verdadera emergencia sanitaria. La misma responde a una serie de causas. La primera es la falta de donantes. Desde la Fundación Mar del Plata Trasplante se realizan campañas de concientización sobre la importancia de la donación de órganos, charlas en las escuelas y en eventos sociales abiertos a la comunidad para brindar información y que cada persona pueda tomar la decisión mas adecuada con su propio cuerpo.

En nuestro país, la ley de Trasplantes de Organos y Tejidos (Ley 26.066) es la herramienta legal que otorga a todos el derecho a decidir sobre el destino de sus órganos y tejidos después de su muerte, tanto para expresar su voluntad afirmativa como de oposición respecto a la donación. De no existir manifestación expresa, la ley presume que toda persona es donante. A pesar de dicho registro, en el momento de la muerte será la familia la que tomará la decisión final sobre la donación. Este es el motivo por el cual, si deseamos donar nuestros órganos, es vital manifestar esta voluntad no sólo al Incucai, sino decírselo explícitamente a los familiares y a los amigos. Debe saberse que esta expresión de voluntad podrá ser revocada por nosotros mismos o por nuestros familiares en cualquier momento antes de la donación efectiva. La segunda causa tiene su origen en los mitos asociados al trasplante de órganos.

Mitos

Ellos tiene un impacto potente y muy dañino en la cultura colectiva. Los mitos tocan temas vinculados al tráfico de órganos, la veracidad del diagnóstico de muerte y el descuido o abandono de pacientes en las unidades de terapia intensiva para “quitarle y aprovechar sus órganos”.

Películas de ficción como la recientemente estrenada “Animal” lamentablemente alimentan estos mitos dándoles entidad urbana. La realidad es que el procedimiento de trasplante de cualquier órgano requiere de una alta complejidad institucional, cada donación está cuidadosamente regulada a nivel nacional, y cada trasplante reúne a un grupo numeroso de profesionales expertos. Implica una red coordinada de profesionales que dejan cada paso minuciosamente documentado.

No hay ningún lugar para procedimientos clandestinos y de origen dudoso. En la historia jurídica de nuestro país no se registra absolutamente ningún caso de robo o tráfico de órganos ni denuncia de trasplante realizado por fuera del sistema de salud. Esto debe estar claro para no dejar ningún margen de duda a la comunidad en cuanto al marco de transparencia ético y legal en donde se realizan estos procedimientos.

El mito asociado a la veracidad de la muerte es un otro obstáculo importante que es fundamental aclarar. Gracias a Dios, son miles las familias de donantes anónimos han “dado vida” aún en el momento de mayor dolor. A pesar de ello, una vez iniciado el proceso de donación, casi la mitad de los familiares entrevistados expresan su negativa a donar. Si bien las causas pueden ser religiosas o culturales, lo más frecuente es enfrentarse con dudas vinculadas al diagnóstico de muerte. No se pone en duda que un paciente en coma o estado vegetativo, está vivo. Tampoco se debería cuestionar que la muerte cerebral, la muerte legal, el cese irreversible de funciones cerebrales y la muerte misma son todos sinónimos. Es crucial educar a la comunidad acerca de este punto. Un paciente no está vivo porque el corazón funciona; solo está vivo si el cerebro funciona. La muerte es una sola y siempre se produce a nivel cerebral. Hasta que los profesionales de la salud no transmitamos correctamente este concepto, el miedo a “donar órganos con el corazón latiendo” seguirá estando presente.

Aunar esfuerzos

El 30 de mayo se conmemora el Día Nacional por la Donación y el Trasplante de Órganos, fecha establecida por el Incucai para promover la donación y el acceso a los trasplantes en un marco transparente, seguro y altruista. El trasplante es un tratamiento que consiste en la extracción de un órgano (o parte de un órgano) o tejido de un donante para ser implantado en otra persona con un tejido u órgano enfermo en fase terminal. Si bien el trasplante salva muchas vidas, es un tratamiento médico irreemplazable que depende únicamente de la voluntad generosa y solidaria de cada una de las personas que se manifiestan a favor de la donación. Los números hablan por sí solos. No pudimos evitar a tiempo un Cromañón, ni una tragedia de Once ni un Ara San Juan. Y como sociedad llegará el momento en donde tengamos que hacer nuestro mea culpa. En lo que refiere al trasplante, estas muertes están sucediendo hoy, mañana, la semana que viene. Son todas muertes evitables con la donación.

Para generar un cambio, tenemos que trabajar todos juntos, aunar esfuerzos para educar, desmitificar, tranquilizar y difundir. Sobre todas las cosas debemos trabajar para poder darle esperanza a todos los que hoy están entre nosotros, descontando los días para que alguien los llame por teléfono y les dé la oportunidad de seguir vivos.

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